“Las ZBE son el mejor aliado para combatir la contaminación en las ciudades”

Entrevista al vicepresident de Mobilitat, Transport i Sostenibilitat de l’AMB a la revista EYSM (Equipamientos y Servicios Municipales). Por Esther Sánchez.

La movilidad del área metropolitana de Barcelona está en plena transformación, muy acelerada por los fondos NextGeneration.

Hemos entrevistado a Antoni Poveda, vicepresidente de movilidad, transporte y sostenibilidad del Área Metropolitana de Barcelona, entidad que cuenta con cuatro ejes claros estructurados para su implementación: aceleración de implantación de la Zonas de Bajas Emisiones, implementación de un transporte público con bajas emisiones, apuesta por la bicicleta y por la digitalización como eje común.

¿Cuál de esas 4 actuaciones se lleva más atención?

Las cuatro son muy importantes, tenemos un exceso de contaminación en prácticamente todas las áreas metropolitanas de España (Bilbao, Madrid, Barcelona, Valencia…) y en el conjunto de Europa sucede igual.

Hoy en día para combatir la contaminación, la mejor manera de hacerlo es instalando zonas de bajas emisiones (ZBE). En este momento hay 200 ciudades europeas que ya las tienen y el conjunto de gobiernos del mundo tienen un compromiso de crearlas ya que son conscientes de que los mayores riesgos que tiene la humanidad actualmente es el cambio climático.

Tenemos como objetivo descarbonizar las ciudades y luchar contra el cambio climático. En Barcelona, en el área metropolitana, tenemos una ZBE de 95 Km2, la ZBE más grande del sur de Europa y que limita el uso de vehículos que no tienen etiqueta, para lo que ha sido necesario crear también una ordenanza y desarrollar toda una estructura para instalar la ZBE.

Efectivamente, otro reto es el transporte público, particularmente el autobús, que ha dejado de depender de combustibles fósiles y necesita, así, renovar la flota. Para limitar el uso de transporte privado en las ciudades hay que tener una buena alternativa, y el transporte público y la movilidad activa es la mejor alternativa que hoy en día tiene la ciudadanía para poder desplazarse. Y luego, los vehículos de movilidad como la bicicleta o el patinete.

Para nosotros la bicicleta, y la bicicleta pública concretamente, es una apuesta importante. Desde el AMB hemos diseñado y desarrollado la Bicivia, una red ciclable metropolitana con centenares de kilómetros de carriles bici, hemos transformado también la distribución del espacio público con ciudades pensadas para peatones.

Hemos ampliado aceras, carriles bici para dar seguridad y carriles bus para mejorar la velocidad comercial. En este sentido hemos hecho una redistribución del espacio público para favorecer la movilidad activa y la eficiencia del transporte público.

En cuarto lugar, la digitalización. Para que todo funcione bien, para facilitar la vida al usuario es muy importante. Para nosotros la digitalización significa análisis constante, poder ver cómo nos movemos y qué necesitamos. La digitalización de la ciudad es el futuro.

Me interesa ahondar en la digitalización, ¿qué tipo de proyectos tenéis pensados? ¿Cómo empezaron o a qué responden?

Responde a una anticipación de las necesidades que tiene la ciudadanía. Si queremos que la ciudadanía vaya en transporte público, han de poder saber que dentro de 5 minutos pasará un autobús delante de su casa y una hora antes ser capaz de saber qué opciones existen.

La ciudadanía tiene que tener a su alcance toda esta información sectorizada por los intereses de cada individuo. En este sentido el AMB, a partir del big data y del análisis permanente de la ciudad, contamos con un centro de control con una empresa que se llama AMB Información, dedicada prácticamente al estudio y desarrollo y puesta al alcance de los ciudadanos de información relacionada con movilidad en la metrópolis.

En todo momento tenemos controlado niveles de densidad del tráfico de la ciudad, transporte público, control de ZBE’s y servicios de movilidad sostenible. Nuestra intención es dar respuesta de manera que hasta podamos modificar los semáforos, ya que si en una gran vía hay un atasco muy importante, los ciudadanos está gastando tiempo y además sus vehículos también están contaminando.

¿Es la digitalización algo transversal?

Todo lo tenemos digitalizado. Hoy en día la ciudadanía tiene una cantidad de información muy grande y muy necesaria para poder moverse y llevar a cabo sus hábitos de movilidad.

¿La ciudadanía demanda la bicicleta o al tenerla disponible la utiliza cada vez más?

Con la bicicleta suceden fenómenos muy importantes y creo que la pandemia aquí ha tenido una responsabilidad muy grande. El 70% de los ciudadanos tienen una bicicleta en casa, y con la pandemia hemos visto que la ciudadanía se ha volcado todavía más en la bicicleta: el stock se ha agotado y en función de la gama, se tarda tanto que te entreguen una bici como un coche en estos momentos. Por eso contamos con un sistema de aparcamientos seguros para bicicletas, Bicibox, en el que están registrados 15000 usuarios que pueden acceder a una plaza de aparcamiento gratuita durante 48h seguidas, renovables.

Pero la bicicleta pública tiene mucha importancia, hay ciudades con una altísima oferta, como Bilbao, Barcelona o Sevilla. En diciembre en el AMB hemos sacado a concurso 2000 bicicletas para 12 ciudades del entorno de Barcelona, el AMBici.

¿Cómo espera coexistir AMBici con Bicing?

El Bicing de Barcelona es un icono magnífico, se ha convertido en una oferta de movilidad de éxito y nosotros tenemos que seguir este camino. Estamos trabajando con ADIF y RENFE para instalar estaciones de bicicletas en los nodos de transporte ferroviarios.

LOS FONDOS NEXT GENERATION QUE EL GOBIERNO HA PUESTO EN MARCHA AHORA, SON UNA MUY BUENA OPORTUNIDAD PARA DESARROLLAR ESTE TIPO DE POLÍTICAS

Creemos que todo es complementario, hay personas que por su casuística se desplazan en bicicleta particular, por ejemplo, y lo que tenemos que hacer es darle seguridad en su movilidad a través de vías segregadas y seguridad para guardar la bicicleta. Pero si no tienes una bicicleta, nosotros ofrecemos una oferta de bicicleta pública.

La bicicleta del Bicing de Barcelona tiene un contrato hasta 2028 y nuestra oferta irá hasta 2028 también, de manera que si gana el mismo formato que bicing de Barcelona, será totalmente compatible, compaginando estaciones del Bicing y de AMBbici, de forma que con una tarjeta puedas cambiar la bicicleta solamente y pensando en 2028 hacer un concurso único.

¿Qué líneas de acción se están promoviendo desde la Red de Ciudades por la Bicicleta de la que usted es presidente?

La Red de Ciudades por la Bicicleta es una asociación donde están 120 ciudades españolas y cuyo objetivo es que la bicicleta en el futuro tenga los mismos derechos que el coche.

Trabajamos para que estas ciudades vayan avanzando, hoy podemos ver como Valencia, Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Donostia o Sevilla, son ciudades comprometidas, ciudades con una oferta de transporte de bicicleta pública muy importante y donde está cambiando el espacio público para circular, pacificando la ciudad.

Acompañamos a estas ciudades en multitud de áreas, como ciclologística, formación en escuelas y con la promoción de una formación reglada. Hoy en día, los jóvenes ya no quieren tener carnet de conducir, prefieren moverse de otra forma.

Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta precisamente hacemos eso, concienciar, acompañar e impulsar a estas ciudades para que tomen medidas. Los fondos Next Generation que el gobierno ha puesto en marcha ahora, son una muy buena oportunidad para desarrollar este tipo de políticas.

Comentamos al principio la importancia del transporte público para la descarbonización, ¿cuál es la situación de los autobuses en el Área Metropolitana?

Actuamos de dos maneras: con la empresa pública TMB, la principal empresa pública de movilidad local y mediante oferta de gestión indirecta por parte del AMB. TMB es una empresa en plena modernización, de hecho ya tiene diversas líneas electrificadas 100% y colabora en un proyecto europeo para incorporar autobuses de hidrógeno que llevará la primera hidrogenera pública en España al puerto de Barcelona.

En cuanto a la gestión indirecta, en total gestionamos más de 900 autobuses de los cuales en este momento un 30% es sostenible. En 2022 vamos a incorporar 162 autobuses nuevos 100% eléctricos a la flota pensando en la necesidad de renovación de la flota y de conseguir reducir emisiones, para lo que estamos electrificando también las cocheras, un trabajo muy importante y complementario.

¿La electrificación supondrá un aumento de precio para las personas usuarias?

Al contrario, vamos a tener un ahorro importante. Hemos de pensar que un autobús cada 100 kilómetros gasta entre 60 y 70 litros de combustible. Es mucho. Nuestra electrificación será de carga nocturna para la cual el precio es mucho más competitivo, pero lo más importante y lo que nos mueve es que tendrá beneficios para la salud.

Las ZBE son siempre piedra de toque con la ciudadanía. ¿Cómo se ha hecho en vuestro caso para que se entiendan
como necesarias más que como imposición?

Hemos hecho pedagogía y toda una serie de políticas complementarias. Por ejemplo, hemos achatarrado 15000 vehículos y a cambio hemos entregado una tarjeta verde para poder moverse por toda la provincia de manera gratuita en transporte público durante 3 años. Hemos construido Park&Ride para no entrar en Barcelona con el coche y que las personas puedan dejar su coche de manera gratuita en centros de estacionamiento, hemos mejorado la flota de transporte público, creado más carriles bus para mejorar la velocidad comercial y hemos hecho propuestas complementarias como subvencionar la compra de bicicletas con 250€, y finalmente hemos encarecido las condiciones para poder entrar al centro de la ciudad con vehículo privado.

En el año 2017, en el AMB, el 19% de los coches no tenían etiqueta de la DGT y en este momento se ha reducido al
1,5%, hay que tener en cuenta que un vehículo antiguo contamina 30 veces más que un vehículo nuevo.

¿Está la sociedad preparada para la transición a la movilidad sostenible?

Yo creo que sí, la sociedad está preparada, lo que no quiere es tener el aire contaminado. Ya, mayoritariamente la ciudad tiene vehículos que son poco contaminantes. Lo vemos también en las cifras de compra de vehículos eléctricos e híbridos, la ciudadanía se está decantando a este tipo de vehículos.

Pero sobre todo estamos ante una ciudadanía que ha decidido hacer cambios estructurales, cambios en la fabricación, producción y en las ciudades. Algo que además, nos va a hacer más competitivos.

¿Qué ciudades son referencia?

Barcelona en sí mismo es un referente, pero creo que empezamos hace años mirando ciudades del norte de Europa, más pequeñas, pero que han tomado medidas y que tienen unas cuotas modales del uso de la bicicleta muy importante. Si vemos a Copenhague, veremos que el uso de la bicicleta está entre el 15-18% y nuestro objetivo es avanzar para poder descarbonizar al nivel de este tipo de ciudades.

El área de movilidad es muy tangente con otras áreas, es imposible no entrar en urbanismo, renta per cápita y demás actividades que exceden el área, ¿cómo solventáis este reto?

En el AMB trabajamos de forma transversal, de hecho el área de movilidad tiene adjudicada una parte del departamento de urbanismo, con arquitectos, para poder llevar a cabo los proyectos.

Algo a tener en cuenta, es que los proyectos urbanísticos son muy lentos y desde que se piensa una modificación de una zona hasta que se realiza, pasan años. Durante esos años, es cuando tenemos que tomar las medidas de movilidad complementarias.

Y por supuesto, lo importante es tener recursos. Hemos estado acostumbrados a que por parte del gobierno central se hacía un discurso sin recursos, ahora se hacen discursos con recursos.

BARCELONA EN SÍ MISMO ES UN REFERENTE EN MOVILIDAD SOSTENIBLE, PERO CREO QUE EMPEZAMOS HACE AÑOS MIRANDO CIUDADES DEL NORTE DE EUROPA

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